Imatges, culte i iconografia de la Mare de Déu del Niño Perdido

La tercera lmagen, se inauguró en 1860, con la particularidad, de que sería distinta a la de Caudiel, pues representa a la Virgen de pie, señalando con la mano derecha al Este, aparece sentado a su izquierda sobre un estrado. Las dos Imágenes van vestidas: con túnica y manto blanco la Virgen, tejido en seda y oro; el Niño, con idéntica túnica y capita de terciopelo en rojo (…).

Una cuarta Imagen se inaugura en 1896, a expensas del matrimonio de Alquerías, Blas Molés y Mª Gracia Molés. Parece ser, que fue tallada por el escultor Ortell, de Villarreal, siendo de características muy parecidas a la anterior, aunque con distinto tipo de túnicas, y con la salvedad de que la Virgen, señala con su mano derecha al Niño, y con la izquierda la extiende hacia él. El estrado donde está sentado el Niño, aparece una inscripción, “Y lo halló su Madre sentado entre los Doctores” (…).

Las tres primera Imágenes, fueron destruidas en la pasada guerra civil; la cuarta, una familia piadosa, por temor a que fuese profanada, le aserró las cabezas, para poderla ocultar y evitar así su total destrucción.

En 1938, reconstruyó una nueva Imagen, Pascualet el Santero, de Villarreal, gracias a una fotografía y el manto que se salvó en la guerra; de manera, que la nueva Imagen, tiene las cabezas de 1896, y el resto del cuerpo, de reciente factura, siendo su resultado final, de características prácticamente iguales a la anterior (…). Hoy está instalada como Titular, en la única hornacina que posee el Altar Mayor de la Iglesia Parroquial.

En aquellas Alquerías, vivían los administradores de la hacienda, y en donde pasaban largas temporadas los religiosos. Allí tenían un Oratorio, que en los días festivos se celebraba la Santa Misa, concurriendo a ella, todos aquellos labradores de sus alrededores.

El Rector del Colegio, Fray Sebastián de la Virgen del Camino, fue a Villarreal a visitar la hacienda, y encaminándose al Oratorio para decir Misa, le pareció, que en aquel Altar se debería colocar a la Reina de Perdidos. Para tal fin encargó a un artista valenciano, un lienzo con la efigie de la Virgen del Niño Perdido, y una vez terminado, lo colocaron en su Altar, y allí, quedó como Patrona del Oratorio. Esto sucedía, en el año 1683. (…).

Con el tiempo la piedad de los alquerienses fue en aumento, de tal modo, que era insuficiente el Oratorio y tuvo que ampliarse en los años 1824 a 1830. Con la desamortización, perdieron su hacienda de Alquerías los agustinos de Caudiel. La finca fue vendida, y paso a ser propiedad de D. Mariano Lorente, quien cedió en favor de los vecinos de aquella zona, un solar para la construcción de un nuevo Templo el cual quedó emplazado en la parte posterior de la Alquería de los frailes. A expensas de los vecinos, dieron comienzo las obras en 1852; dos años más tarde quedó terminado, y fue allí, donde se colocó la primera Imagen de escayola, ya que el lienzo de los agustinos se desenmarcó, y debidamente adornado fue el estandarte de Alquerías. (…).

Según testimonio del cura párroco de Alquerías D. Joaquín Cucala, éste me dice, que actualmente en el Oratorio, tan sólo se celebra una Misa, el lunes anterior a la Fiesta.

Situado en el centro de la moderna población, un nuevo Templo se inaugura el 17 de marzo de 1957, de manos del Obispo de la Diócesis de Tortosa, Dr. D. Manuel Moll y Salord. En la única hornacina del Altar Mayor está instalada la Imagen de la Parroquia, la Virgen del Niño Perdido, Titular del Nuevo Templo. En el año 1952 fue creada Parroquia, desmenbrándola de la de Villarreal. (…).

Continuando con el testimonio de D. Joaquín, me comenta, que días antes de dar comienzo los festejos cívicos, se celebra en la Parroquia los actos propios preparativos al día de su Fiesta, como son por ejemplo, la Novena, cántico de Gozos, Rosario, etc., etc… Llegado el día, ésta se celebra el segundo domingo de octubre, con la Misa Mayor y la Procesión, con la particularidad, de ser la Imagen transportada en una “carroza”. La Fiesta es costeada por el Ayuntamiento.

En 1983 se celebró, con toda solemnidad, el Tercer Centenario de la Virgen en Alquerías, y en reconocimiento a sus raíces, en septiembre, vinieron en peregrinación al frente de su cura párroco, al Santuario de la Virgen en Caudiel. En dicho año, todo va a girar entorno al Centenario; se funda la Cofradía de la Virgen y se acuñan unas medallas conmemorativas. Se imponen las primeras el 24 de abril, y serían los primeros Cofrades, los Monaguillos. A los niños y niñas de la primera Comunión, previa bendición, se les impone la medallita con su cinta blanca, y se les inscribe en la Cofradía. Actualmente hay inscritas unas mil trescientas personas, tanto hombres como mujeres.

Aunque la Cofradía no tiene reglamento, las mujeres inscritas en ella, son las encargadas de vestir la Imagen, que actualmente tiene tres Mantos con sus correspondientes Túnicas. También son las encargadas de la limpieza y conservación, cobro de cuotas, administración de los fondos de la Cofradía, etc., etc…

El segundo domingo de cada mes, a las 10’30 de la mañana, se celebra una Misa por todos los Cofrades vivos y difuntos.

Curiosamente, y desde hace muchos años, tiene el privilegio de bajar la Imagen desde su hornacina, para depositarla en la carroza procesional, D. Pablo Vilar Ros, que fue la persona que “aserró” las cabezas de la Virgen y el Niño, tal y como hemos relatado en el capítulo dedicado a las Imágenes de Alquerías. Como ocurre en todos los pueblos, algunas costumbres han desaparecido; al descubrir la Imagen, se cantaba el Ave Maris stella, y al bajarla, se entonaba el Mostra te esse Matrem.

Finalmente decir, que la Imagen fue coronada por D. José MI Cases Deordal, obispo de Segorbe-Castellón, el día 14 de octubre de 1984.

2.- Los siglos que ya pasaron
su devoción conocieron,
y justo obsequio rindieron
a la fe que demostraron
unos hijos que te amaron,
pues tuyos han sido y son.
Virgen del Niño Perdido…

3.- Aquella antigua piedad,
Señora, no desfallece;
aumenta, progresa y crece
con religiosa ansiedad;
esta es la prueba y verdad,
que es tu Amor nuestro blasón.
Virgen del Niño Perdido…

4.- Con decoro y reverencia
vuestra Imagen veneramos,
y el culto que os tributamos
de nuestra fe es consecuencia;
siéndonos vuestra presencia
de gracias eterno Don.
Virgen del Niño Perdido…

5.- Fuiste en gracia concebida,
del Arcángel saludada,
por los Santos venerada,
en los siglos bendecida;
por nosotros recibida
cual prenda de salvación.
Virgen del Niño Perdido…

6.- Los Patriarcas pudieron
vislumbrarte entre figuras;
de amor prendas más seguras
todos tus hijos sintieron,
pues en herencia tuvieron
tu amorosa devoción.
Virgen del Niño Perdido…

7.- Los Profetas anunciaron
tus perfecciones más bellas;
Tú diste al mundo con ellas
la verdad que ellos hablaron,
y entonces nos proclamaron
hijos de predilección.
Virgen del Niño Perdido…

8.- Los que en el mundo vivimos,
males experimentamos;
en ellos favor buscamos
y a Vos, Virgen, acudimos;
más, sobre todo, pedimos
nuestra santificación.
Virgen del Niño Perdido…

9.- Pues tanto nos has amado,
Virgen del Niño Perdido,
el pueblo que has elegido
no sea de Ti olvidado;
Progrese santificado
en trabajo y religión.
Virgen del Niño Perdido…

TONADA:

Busque tu pueblo elegido
la crisitana perfección.
Virgen del Niño Perdido,
dadnos vuestra bendición.

A la derecha de la Virgen, aparece la efigie de San Agustín vestido con el hábito de su Orden. Está representado como al Gran Padre de los Agustinos y Doctor de la Iglesia; porta en su mano derecha una pluma, y la izquierda la coloca sobre su pecho.

A la izquierda de la Imagen, San Vicente Ferrer con el hábito de Dominico. Está representado como al protector de los “niños perdidos” de Valencia, y, antiguo poseedor de la Imagen; en su mano izquierda sostiene un libro mientras que la derecha, la tiene sobre su pecho. En algunos casos aparece sobre su cabeza la layenda en latín “Timete Deum et date illi honorem…”, que significa “Temed a Dios y dadle a él honor…”

En la parte inferior de la obra, suele reflejarse sobre una cartela, el nombre de la Virgen, el pueblo donde se venera y las indulgencias.

En ocasiones, las gentes han desviado su verdadero sentido religioso; si las advocaciones son una vía más para conducirnos a la perfección cristiana, y por tanto a la salvación del alma, en muchísimos casos se han usado, o abusado, según se quiera llamar, como “talismanes”, es decir, hacia ellas se han canalizado los deseos materiales y mundanos de los devotos (obtener un buen empleo, aprobar unas oposiciones, curar dolencias, restablecer la salud, etc., etc.). Veamos lo que dice al respecto Pérez Contel:

“La adoración, la vinculación amorosa y la entrega sumisa son virtudes religiosas; por el contrario, la superstición y la magia aspiran a la consecución de beneficios sin esfuerzo moral alguno, y pretenden que las fuerzas invisibles actúen en su favor. El rito religioso degenera en magia cuando desaparece la verdadera intención religiosa. La magia es una corrupción de la religión, y magia es lo que se pretende conseguir con las estampas de las Imágenes cristianas usadas como amuletos propiciatorios para beneficio del que se prevee de ellas.

Para muchos que se califican de cristianos católicos, el culto a determinada Imagen o personaje santo es más bien una práctica mágica, porque con estampas o escapularios esperan obtener los beneficios deseados” (…).

A pesar de todo, la intención es buena y el hecho en sí mismo, no es más que un acto innato de todo ser humano en los momentos difíciles, y como dice el refrán “Cada cual se aclama al santo que más devoción tiene”. Hay que advertir, que estos tipos de manifestaciones, suelen darse en todas y cada una de las distintas creencias religiosas.